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A la hora de definir a Uruguay una expresión sale de memoria: “penillanura levemente ondulada”. También dicen los historiadores que la Banda Oriental se puede resumir en: “Pradera, frontera y puerto”. Esa penillanura era y es sobre todo pradera, lo reflejan los números: por cada habitante hay casi cuatro vacas. Uruguay ha hecho de su industria ganadera una de sus marcas mundiales y ahora la Unión Europea pide que no se mire el árbol sino el bosque.

Lo primero es una visión del mundo y la Unión Europea la resumió en su Pacto Verde:” es el compromiso por el cual los estados de la Unión Europea buscan la neutralidad climática de aquí al 2050”. Un pacto para vivir (mejor).

Del pacto se pasa al reglamento, que en este caso lleva el número 2023/1115 que persigue entre otros objetivos: “reducir al mínimo la contribución de la Unión a la deforestación y la degradación forestal en todo el mundo y así contribuir a reducir la deforestación mundial”.

A partir del próximo enero las empresas de la Unión Europea que importan algunas de estas materias o derivados: ganado vacuno, cacao, café, aceite de palma, soja, madera y caucho, deben asegurarse que provienen de zonas que no fueron deforestadas. Siguiendo la línea, los productores de esas materias primas deben certificar que en su producción no afectaron zonas de monte nativo. Es en este punto donde intervienen los estados promoviendo políticas públicas y asistencia a los productores para cumplir con las exigencias. Y para acompañar esas políticas públicas la Unión Europea financia un programa llamado AL-INVEST Verde y específicamente a través del Componente 2 que ”proporciona asistencia para el fortalecimiento de las políticas públicas y los diálogos entre múltiples partes interesadas sobre las cadenas agrícolas y de valor sostenibles, las normas ambientales y laborales”.

Ganadería y forestación

¿Cuál es la situación de Uruguay?

Emilio Calvo es el director del Componente 2 de AL-INVEST y define a Uruguay como “un alumno aventajado” a la hora de implementar la nueva reglamentación. La principal fortaleza es su sistema de trazabilidad universal que permite saber cada movimiento de un animal desde su nacimiento hasta su entrada a frigorífico.

En un informe realizado por AL-INVEST en marzo de este año establece que: “Uruguay es de los pocos países de la región donde el bosque nativo conoce un proceso actual de crecimiento de su superficie” y concluye que “Uruguay está hoy en condiciones de brindar informaciones sobre los lugares de pérdida forestal”. También brinda recomendaciones: “A pesar de ser un país muy probablemente clasificado como de bajo riesgo de deforestación, Uruguay podría anticipar pedidos de transparencia sobre su política de control de deforestación mediante: el desarrollo de un sistema propio de alertas; una publicación más amplia de los criterios observados por la Dirección Forestal para autorizar talas legales; una digitalización de los planes de manejo forestal de esta misma Dirección, y su publicación por internet en acceso libre”.

Lo de alumno aventajado no se queda en la teoría, en junio ya hubo una exportación de carne vacuna con el certificado de libre de deforestación. El Ing agr Charlie Herrera,

Responsable de Servicios Ambientales y Mercado de Carbono de la consultora FMS Uruguay, trabajó para esa certificación. Se trató de un productor que ya contaba con certificaciones como la de carbono neutro, bienestar animal, grass fed y con un comprador en Italia. ¿Cómo fue el trabajo de Herrera? “Se trató de 37 ejemplares que hay que certificar que no hayan transitado ninguna etapa de su vida haya estado en un potrero que hubiese sido deforestado. Hacer un mapeo que implica obtener las imágenes adecuadas que den la información suficiente sobre el monte nativo antes del 2020 y contrastar con la imágen más reciente de ese mismo lugar. A partir de eso hacemos una superposición, si cuando las imágenes tienen zonas grises y no se verifica vía satélite hay que hacer una visita de campo”.

En un artículo de opinión del Ing Eduardo Blasina, el autor resume el por qué debería ser de interés aplicar esta nueva reglamentación por parte de los productores: “Si no nos separamos de la carne proveniente de deforestación estamos amenazando gravemente el prestigio de nuestro producto más emblemático”.

La Unión Europea estableció el 30 de diciembre de 2024 como fecha de aplicación del nuevo reglamento. Uruguay llegaría a esa fecha con los deberes hechos.

 

Datos

1980: primera Carta Forestal en Uruguay.

1987: prohibición de tala por ley en Uruguay.

1996: Ley Forestal en Uruguay Nº1700.

12% representan en valor las exportaciones de carne bovina a la UE.

30% de los establecimientos rurales cuentan con bosque nativo.

1000 dólares americanos aproximadamente podría costar la certificación para un establecimiento medio.

Emilio Calvo

“Supone un coste a corto plazo pero puede suponer una ventaja a mediano y largo plazo porque adaptarse a esta reglamentación de la Unión Europea puede suponer una ventaja comparativa con otros países exportadores que no lo pueden adoptar.

Al mismo tiempo supone cumplir unas demandas del mercado y de los consumidores que cada vez se preocupan más de consumir productos sostenibles. También prepara para regulaciones de otros países como Reino Unido y China que están trabajando en regulaciones similares.

Lo normal que este incremento en coste es que vaya trasladado al consumidor final europeo. Siempre y cuando se puedan trasladar los costes desde los productores a los intermediarios y estos a los importadores que lo trasladan a precio.”