#EUSolidarity – Una asociación polaca redobla los esfuerzos para apoyar a los refugiados
Jakub es coordinador de proyectos en la asociación TRATWA de Breslavia (Polonia). Cuando ingresó en ella, la asociación no estaba tan centrada en la ayuda humanitaria —razón inicial por la que se había fundado— como en la colaboración en proyectos de la UE para promover la cultura y la educación. Con la pandemia de COVID-19 resurgió la necesidad de contar con un centro de apoyo para desastres naturales y catástrofes y las tareas de Jakub cambiaron, aunque no tanto como ahora, en plena crisis humanitaria y mientras prosigue la guerra en Ucrania.
La asociación TRATWA desempeñó un importante papel como centro de acogida para los refugiados. «Abrimos todo el centro. Solo hay otro que pueda "competir" con nuestra capacidad», afirma Jakub, orgulloso de los esfuerzos de solidaridad que la asociación consiguió sumar. «Empezamos a preparar la infraestructura para las donaciones y enseguida recibíamos a los primeros refugiados».
Tu vida en 21 horas: perder tu casa, trasladarte a un nuevo país, dormir al lado de desconocidos y no tener nada, salvo el pijama y el abrigo. Así son las personas que acuden a nosotros.
A medida que los refugiados llegan a Breslavia, los efectos del conflicto van tomando forma y se convierten en una realidad concreta en la vida de los voluntarios. Jakub describe la aleatoriedad de los ataques y el trayecto que han seguido muchos refugiados: «Imagina que han bombardeado tu casa en Járkiv. Tu vecino te ha puesto en un tren y es posible que seas una anciana en pijama, porque el ataque se produjo por la noche. Lo único que tienes es el abrigo que llevas puesto. Tienes que viajar durante doce horas hasta llegar a la frontera ucraniana y, acto seguido, las autoridades deciden trasladarte a Varsovia, Cracovia o Breslavia, o a otra ciudad que disponga de un centro de emergencia donde puedas quedarte. No llegarás a Breslavia hasta siete horas después. Tu vida en 21 horas: perder tu casa, trasladarte a un nuevo país, dormir al lado de desconocidos y no tener nada, salvo el pijama y el abrigo. Así son las personas que acuden a nosotros.
Una de las primeras acciones emprendidas por la asociación fue convertir un enorme depósito de tranvías en almacén de productos esenciales. Cuando los ciudadanos de toda Europa empezaron a enviar mercancías, muchas de ellas se almacenaron aquí y se enviaron posteriormente a Ucrania.
Encontrar un alojamiento adecuado también se convirtió en una prioridad. TRATWA ha colaborado con las autoridades regionales y locales y ha estado en contacto permanente con hoteles e instalaciones para garantizar que hubiese suficientes camas para las personas que llegaban.
Otra instalación crucial creada fue un «centro comercial» improvisado. Muchos refugiados están a la espera de obtener la documentación necesaria, por lo que dependen de la solidaridad de las personas y las organizaciones de la sociedad civil para satisfacer sus necesidades básicas, como los alimentos. Eso llevó a TRATWA a crear un «centro comercial» donde las personas pudieran acceder libremente a bienes y prendas de vestir esenciales. Cada día, el supermercado acoge de 2 500 a 6 000 personas y a finales de marzo había recibido más de 60 000 visitas.
La gestión del «centro comercial» implica un gran volumen de trabajo: garantizar la llegada de bienes esenciales, reponer los productos en las estanterías, asistir a las personas que recogen las mercancías y limpiar y organizar todo para el día siguiente. Para llevar a cabo estas tareas, se despliegan varios equipos de voluntarios con turnos diferentes.
«Nuestro "centro comercial" ha apoyado a la gente desde el inicio de la guerra» señala Jakub, y añade además que «la imagen era durísima al principio: se veía a madres con niños pequeños correr en busca de alimentos... La situación ahora es menos caótica, pero sigue siendo un escenario muy difícil». Cada día, cuando abren las puertas del «supermercado», los voluntarios cuentan en voz alta el número de días que lleva abierto y todos aplauden el esfuerzo de todos.
«Dijeron que Ucrania caería en un par de días y no fue así. También dijeron que la solidaridad de los ciudadanos se acabaría en un par de semanas y tampoco fue así»
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, la asociación ha ayudado a muchos cientos de miles de personas. Voluntarios de todas las edades se han sumado a los esfuerzos de la asociación para responder a los retos a los que se enfrenta. Alrededor de 1 000 personas de todo el mundo (en particular, Polonia, Ucrania, Brasil, Francia, Alemania y Argentina) han participado en actividades de voluntariado.
La asociación cuenta con un triple programa de voluntarios que incluye la responsabilidad social de empresas como Bosch, IBM y 3M, que permiten a sus empleados dedicar parte de su jornada laboral al voluntariado; la ayuda de alumnos de escuelas cercanas; y la ayuda de particulares que dedican su tiempo y esfuerzo, también a través del programa del Cuerpo Europeo de Solidaridad.
Jakub, que se siente increíblemente orgulloso de toda la solidaridad que le rodea, no pierde de vista a aquellos que necesitan más ayuda: «En 38 días conseguimos mejorar tantas cosas [...] Es como estar en un juego en el que cada día te asignan la misión de mejorar algo nuevo. Y los voluntarios nos informan constantemente de lo que van a mejorar: «voy a hacer un logotipo» o «voy a hacer un banco» o «voy a organizar la ropa en diferentes categorías, porque he trabajado en una empresa de ropa de segunda mano».
El coste físico y emocional es elevado para todos los voluntarios: «No es fácil descansar. Al cabo de algún tiempo, tenemos que mandar a las personas a casa y decirles que no vuelvan en dos días porque esto es demasiado duro para todos. Pero, por supuesto, es gratificante». Reflexiona también sobre la solidaridad de todo el país: «Nos propusimos ser una nación que acogiese en casa a las personas. Por lo tanto, una responsabilidad añadida es también ayudar a estas familias altruistas que acogen a personas con dificultades de movilidad o a niños con síndrome de Down, por ejemplo. Estas personas necesitan cuidados especiales. Y también tenemos que prestarles apoyo».
Jakub termina con un mensaje de esperanza y empatía: «Queremos volver a organizar actos culturales y conciertos. Tenemos un mercadillo increíble y queremos disfrutar de tiempos de paz. Entre tanto, estamos aquí para ayudar a quienes más lo necesitan».
¿Qué se puede hacer para ayudar?
Para TRATWA, es importante que no se olvide la crisis humanitaria. Millones de personas llegan a la UE, y es necesario garantizar el apoyo durante este período sumamente difícil de sus vidas.
Por tanto, se puede contribuir:
- difundiendo las actividades de la asociación y dando mayor visibilidad a las acciones solidarias que está llevando a cabo
- aportando ayuda financiera.
Desde Polonia, se puede contribuir:
- aportando bienes y artículos esenciales
- participando en las actividades de voluntariado de la asociación.
Toda la información disponible en la página de Facebook de TRATWA.