El multilateralismo está sometido a una presión cada vez mayor y necesita una reforma urgente. Pero el multilateralismo efectivo es precisamente lo que necesitamos hoy, más que nunca.

Y a pesar del complejo panorama mundial, ha habido éxitos: el respaldo del Estímulo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para acelerar el progreso en la implementación de la Agenda 2030, el avance en la COP28 para mantener vivo el objetivo de evitar el aumento de la temperatura de 1,5 ° C, el avance en la justicia climática o el acuerdo sobre el Tratado de Alta Mar para proteger la preciosa biodiversidad marina.

Estos acuerdos requieren tiempo, esfuerzo y compromiso, pero una vez que tenemos acuerdos a nivel multilateral, son fuertes, pueden perdurar y se aplican a todos.

Las Naciones Unidas han estado en el centro de estos logros, proporcionando el marco para la cooperación multilateral durante casi 80 años.

De eso se tratan las Naciones Unidas, la UE y otras organizaciones internacionales: trabajar a través de desacuerdos, encontrar puntos en común y progresar juntos. No hay otra manera de que los países o regiones aborden desafíos sin fronteras, como la crisis climática, la crisis mundial de seguridad alimentaria o las pandemias mundiales.

Cuando se trata de la paz mundial, el sistema multilateral está bajo presión. Las guerras se libran en casi todos los continentes. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, órgano encargado de mantener la paz y la seguridad, no puede llegar a un consenso sobre algunas de las cuestiones más urgentes. Esta parálisis viene con un alto precio.

Pero, ¿cuál es el costo del no multilateralismo? ¿Qué pasaría si los Estados dejaran de hablar entre sí? ¿Y si ni siquiera lo intentáramos? Es casi seguro que la imagen sería más oscura.

La respuesta no es renunciar al multilateralismo.

Bloques fragmentados de países, grandes o pequeños, no le darán al mundo la estabilidad que necesita. Lo que necesitamos es un multilateralismo actualizado y rejuvenecido que ofrezca soluciones a los problemas mundiales.

La Cumbre del Futuro de septiembre es una oportunidad única para revitalizar el sistema multilateral, hacer que las Naciones Unidas estén preparadas para el futuro y sean más representativas del mundo y las sociedades actuales.

La UE está asumiendo un papel de liderazgo en el proceso y está profundamente comprometida con la construcción de puentes y la búsqueda de un consenso sobre un ambicioso documento final: un Pacto por el Futuro.

Debemos mirar hacia adelante y valorar lo que tenemos en común sobre lo que nos hace diferentes.

El Día Internacional del Multilateralismo y la Diplomacia para la Paz es un recordatorio importante de que solo podemos crear un futuro mejor y más justo para todos si trabajamos juntos.