Continua la lucha contra la inseguridad alimentaria causada por la guerra de Rusia
«La Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro y los corredores de solidaridad entre la UE y Ucrania son fundamentales para limitar la inseguridad alimentaria de los países más vulnerables del mundo».
Antes de la guerra de agresión de Rusia, Ucrania era uno de los principales exportadores de productos agrícolas del mundo: el primero de aceite de girasol, el cuarto de maíz y el quinto de trigo. Estas exportaciones se destinaban mayormente a países del Sur Global: en 2021, el 27 % del trigo ucraniano fue al norte de África y el 58 %, a Asia.
Ucrania solía suministrar anualmente alrededor de 45 millones de toneladas de cereales al mercado mundial, principalmente en buques. Desde el inicio de la guerra de Rusia el pasado 24 de febrero, los ataques de las fuerzas armadas rusas se han dirigido sistemáticamente a cultivos, explotaciones agrícolas, silos e infraestructuras de transporte con el fin de limitar la capacidad de producción y exportación de productos agrícolas de Ucrania. La flota rusa bloqueó deliberadamente el tránsito seguro hacia y desde los puertos ucranianos del mar Negro.
«La guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha contribuido sustancialmente a la inseguridad alimentaria en todo el mundo y puesto en peligro los medios de subsistencia de millones de personas».
Ello ha contribuido sustancialmente a la subida de los precios mundiales de los cereales, causando inseguridad alimentaria en todo el mundo y poniendo en peligro los medios de subsistencia de millones de personas. Como consecuencia, las actividades del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, que compraba la mitad de sus reservas de cereales a Ucrania antes de la guerra, se han visto profundamente afectadas. He visitado recientemente Somalia y he podido comprobar de primera mano la gravedad de la inseguridad alimentaria causada por los efectos acumulativos del cambio climático y la guerra en Ucrania en esa parte del mundo.
El papel crucial de los corredores de solidaridad
En respuesta a la inaceptable utilización como arma de los alimentos por parte de Rusia, se adoptaron dos exitosas iniciativas. El pasado mes de mayo, la Comisión Europea y los Estados miembros de la UE limítrofes establecieron los corredores de solidaridad entre la UE y Ucrania con miras a facilitar y acelerar el transporte terrestre de mercancías entre ambos territorios; asimismo, en julio las Naciones Unidas y Turquía negociaron un acuerdo para la apertura de un corredor humanitario marítimo seguro en el mar Negro (la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro).
Desde que empezaron a funcionar los corredores de solidaridad, se han exportado más de 15 millones de toneladas de productos agrícolas ucranianos por carretera, ferrocarril y barco, a través de puertos rumanos del mar Negro y del Danubio. En la actualidad, estos corredores constituyen también el único modo posible de exportar productos no agrícolas procedentes de Ucrania y de importar bienes que este país necesita, como combustible y ayuda humanitaria. De ahí que se hayan convertido en el salvavidas de la economía ucraniana, aportándoles a sus agricultores y empresas unos ingresos, muy necesarios, de más de 15 000 millones de euros.
«Los corredores de solidaridad entre la UE y Ucrania se han convertido en el salvavidas de la economía ucraniana, aportándoles a sus agricultores y empresas unos ingresos, muy necesarios, de más de 15 000 millones de euros».
Los Estados miembros de la UE que limitan con Ucrania (Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Hungría) han realizado grandes esfuerzos e inversiones para facilitar estas rutas comerciales. Al establecer una conectividad más estable con la UE, los corredores de solidaridad han forjado un vínculo indispensable con Ucrania y la República de Moldavia, también importante con vistas a su proceso de adhesión a la UE.
Una movilización de 1 000 millones de euros para mejorar los corredores de solidaridad entre la UE y Ucrania
Sin embargo, estos corredores tienen límites de capacidad, persisten los cuellos de botella y los costes logísticos son elevados. La Comisión Europea aportará 250 millones de euros en subvenciones para mantener y aumentar más su capacidad. A corto plazo, apoyará mejoras rápidas para reducir los tiempos de espera y facilitará el movimiento a través de los pasos fronterizos y sus rutas de acceso. Para ir más allá, la UE movilizará un total de 1 000 millones de euros hasta finales de 2023, junto con el Banco Europeo de Inversiones (que realizará un préstamo de 300 millones de euros para este proyecto), el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (300 millones de euros) y el Banco Mundial (100 millones de dólares estadounidenses) para garantizar la liquidez de los operadores y financiar reparaciones y aumentos de capacidad.
La Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro
Además, desde julio de 2022, cuando se acordó la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro, más de 400 buques con cereales y otros alimentos han salido de los puertos ucranianos de Chornomorsk, Odesa y Yuzhny/Pivdennyi. A 7 de noviembre de 2022 se habían exportado más de 10 millones de toneladas a través de esta iniciativa. Más del 40 % de la carga era maíz, el cereal más afectado por los bloqueos de los graneros ucranianos al inicio de la guerra (un 75 % de los 20 millones de toneladas de cereales almacenados), que tuvo que desplazarse rápidamente para dejar espacio al trigo de la cosecha estival.
Contrariamente a la propaganda rusa, la mitad de todos los productos agrícolas (dos tercios del trigo y tres cuartas partes del aceite de girasol) exportados a través de la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro se destinaron a países en desarrollo. El Programa Mundial de Alimentos ha reanudado el transporte de trigo desde los puertos del mar Negro. Hasta la fecha, cinco buques con una carga total de más de 150 000 toneladas de trigo han salido de puertos ucranianos hacia Etiopía, Yemen, Yibuti, Somalia y Afganistán.
Justo después de la invasión rusa de Ucrania y del bloqueo ruso a sus exportaciones de productos agrícolas, los precios del trigo y del maíz registraron un ascenso considerable, manteniéndose elevados hasta mayo de 2022. A finales de mayo, cuando se establecieron los corredores de solidaridad, los precios comenzaron a descender. Tanto los corredores como la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro han producido un efecto muy positivo. Sin embargo, los niveles de exportación siguen siendo significativamente inferiores a los de años anteriores y los precios siguen estando por encima de los niveles anteriores a la guerra. En septiembre y octubre, a raíz del anuncio de Rusia de su intención de poner fin a la Iniciativa, los precios empezaron a aumentar de nuevo. Por este motivo era tan importante que la Iniciativa se ampliara.
Es evidente que la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y sus ataques deliberados a instalaciones agrícolas y rutas de exportación ucranianas han intensificado la subida de los precios de los alimentos y la crisis alimentaria mundial. Sin embargo, Rusia sigue manipulando la información y difundiendo propaganda en la que echa la culpa a nuestras sanciones. Son mentiras flagrantes. Siempre hemos sido claros respecto a que nuestras sanciones no van dirigidas al comercio de productos agrícolas y alimentarios —incluidos los cereales y los fertilizantes— entre Rusia y terceros países.
«Únicamente la retirada de las tropas rusas del territorio ucraniano y el cese de su agresión pueden permitir a Ucrania producir y exportar los productos agrícolas que un mundo de 8 000 millones de personas necesita urgentemente».
Los corredores de solidaridad y la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro son, por supuesto, de vital importancia para limitar el riesgo de hambruna mundial, pero solo ellos no pueden resolver la crisis alimentaria. Únicamente la retirada de las tropas rusas del territorio ucraniano y el cese de su agresión, de conformidad con las decisiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, pueden permitir a Ucrania producir y exportar la cantidad de productos agrícolas que un mundo de 8 000 millones de personas necesita urgentemente. La agresión rusa no solo constituye un crimen contra Ucrania y los ucranianos, así como una clara violación de los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas, sino que también pone en peligro la vida de millones de personas en los países más pobres del mundo. Los alimentos no han de utilizarse nunca como arma de guerra.