Centrarse en el poder transformador de la migración
Aunque la gran mayoría de las personas aún viven en sus países de origen (solo una de cada 30 personas es un migrante), el número de personas que migran no ha parado de aumentar en las últimas cinco décadas. En 2020, había alrededor de 281 millones de migrantes internacionales en el mundo (lo que representa el 3,6 % de la población mundial), es decir, más del triple del número estimado en 1970.
La UE acoge con satisfacción el tema del Día Internacional del Migrante de este año, que se centra oportunamente en el impacto positivo de la movilidad humana.
«La búsqueda de mejores oportunidades, la persistencia de conflictos violentos y persecuciones, así como los efectos cada vez más adversos del cambio climático seguirán representando importantes impulsores de la migración», se afirma en la declaración conjunta del alto representante Josep Borrell y de la Comisión Europea para conmemorar este Día Internacional. «Independientemente de las razones, existe un vínculo innegable entre la migración internacional y el desarrollo y la manera en que los migrantes pueden transformar positivamente sus países de origen y de adopción».
Este año, el Día Internacional del Migrante cae casi exactamente 70 años después de la conferencia de Bruselas que condujo a la creación del ente que, en 1989, pasó a denominarse Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Concebido inicialmente para ayudar al gran número de europeos desplazados por la Segunda Guerra Mundial, esta organización intergubernamental sigue liderando la promoción de una gestión humana y ordenada de la migración en beneficio de todos, incluidas las comunidades de origen, tránsito y destino.
Tema 2021: Aprovechar el potencial de la movilidad humana
¿Cómo sería un día sin migrantes? Contrariamente a lo que algunos creen, los migrantes desempeñan un papel fundamental en la economía mundial. Esta es la razón por la que este año el Día Internacional del Migrante se centra en la contribución esencial de los migrantes, a través de sus conocimientos, redes y capacidades, a la construcción de comunidades más fuertes y resilientes.
Los estudios demuestran que los inmigrantes aportan crecimiento e innovación tanto en los países de origen como en los países a los que se trasladan.
El envejecimiento de la población y las bajas tasas de natalidad que caracterizan a la mayoría de los países occidentales hacen que estos tengan que depender de los inmigrantes para impulsar y sostener el crecimiento económico. Además, las economías avanzadas y dinámicas necesitan trabajadores migrantes para ocupar puestos de trabajo que no pueden externalizarse y para los que no se encuentran trabajadores locales dispuestos a aceptarlos (con los salarios actuales).
Al mismo tiempo, los países de origen también se benefician enormemente de la migración. Solo las remesas enviadas por los migrantes a sus países de origen representan más del triple del volumen de la ayuda oficial al desarrollo que se brinda a estos países.
En 2020, la India, China, México, Filipinas y Egipto fueron (en orden descendente) los cinco principales receptores de remesas del mundo, según el Informe Mundial sobre Migración 2022 de la OIM. Por el contrario, los Estados Unidos, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Suiza y Alemania son los principales países emisores de remesas.
Europa no existiría sin migración
En un momento en que la xenofobia va en aumento y algunos Estados están instrumentalizando a los migrantes para atacar a la UE, es importante recordar que el continente europeo siempre ha sido un lugar de movilidad; un teatro de movimientos migratorios que han contribuido a configurar la Unión Europea tal como la conocemos hoy. Y es exactamente esa movilidad la que contribuirá a seguir desarrollando la prosperidad de la UE.
«Como destino destacado, con casi tres millones de primeros permisos de residencia expedidos al año, y como lugar de refugio, es responsabilidad de la Unión Europea garantizar la protección de la dignidad y los derechos humanos de los migrantes», añade la declaración conjunta.
La UE, en el marco de su Pacto sobre Migración y Asilo, se ha comprometido a defender estos derechos fundamentales mediante un enfoque global, equilibrado y, por tanto, sostenible de la migración. Seguimos aprovechando nuestra propia experiencia para garantizar que los procesos migratorios se desarrollen de manera segura y regular. Esta labor incluye el desarrollo de vías legales concretas para que los migrantes puedan acceder a la UE, como la iniciativa de asociaciones de talento, que pueden ayudarnos a hacer frente a nuestros retos demográficos e impulsar nuestro desarrollo económico.
Más que nunca, necesitamos un enfoque coordinado de la gestión de la migración, que se centre en las tremendas oportunidades que una migración bien gestionada puede ofrecer a los países de origen, a las sociedades de acogida y, lo que es más importante, a los migrantes y sus familias.