«Sin seguridad en el espacio, no habrá seguridad en la Tierra».

Cada año, la conferencia anual del espacio reúne a los principales actores en este campo de las instituciones de la UE, los Estados miembros, la industria, el periodismo y la investigación. Desde el inicio de mi mandato, he asistido a todas las ediciones, lo que refleja la importancia que atribuyo a la cuestión del espacio para el futuro de Europa y su política exterior y de seguridad.

La carrera geopolítica que vemos en la Tierra se proyecta en el espacio

La palabra «estratégico» tiende a utilizarse demasiado, pero, cuando se trata del espacio, su uso está plenamente justificado. Nuestras vidas dependen cada vez más de lo que ocurre allí, no «solo» por lo que respecta a los sectores del transporte, la informática, las telecomunicaciones o la investigación, sino también por lo que se refiere a las cuestiones fundamentales de la seguridad y la defensa. Por otra parte, la carrera geopolítica que vemos en la Tierra se proyecta en el espacio, lo que de da lugar a un nivel de amenaza creciente que afecta a nuestra seguridad.

Los presupuestos espaciales de todo el mundo se incrementaron un 9 % en 2022, hasta alcanzar 103 000 millones de euros, una cifra récord. Es más, el gasto espacial en el ámbito de la defensa aumentó un 16 %, hasta llegar a 48 000 millones de euros. Es decir, el gasto espacial se ha incrementado mucho, pero el gasto en espacio y defensa es casi dos veces superior. La manera en que la gente gasta el dinero suele dar que pensar sobre sus prioridades y expectativas...

En mi discurso, destaqué dos puntos principales:

En primer lugar, la guerra de Rusia contra Ucrania ha puesto de manifiesto la importancia crucial de los activos y servicios espaciales en términos de seguridad. Por ejemplo, las imágenes y las comunicaciones vía satélite fueron (y siguen siendo) un elemento que marcó un antes y un después para las fuerzas armadas ucranianas y la totalidad de la población. Proporcionaron acceso a la información y conciencia situacional que les ayudaron a resistir el ataque. Y mantuvieron a los ucranianos conectados entre sí y con el mundo exterior.

Hemos visto cómo la capacidad de denegar el uso del espacio al adversario forma parte de la guerra moderna.

También hemos visto cómo la capacidad de denegar el uso del espacio al adversario forma parte de la guerra moderna. De hecho, la noche antes de que comenzara la invasión, la red de telecomunicaciones por satélite, VIASAT, fue objeto de un ciberataque. Un simple código malicioso nada sofisticado consiguió derribar gran parte de una enorme red de comunicaciones espaciales utilizada por los militares ucranianos.

Este ciberataque tuvo también efectos colaterales en la UE: las turbinas eólicas de uno de nuestros Estados miembros dejaron de funcionar. Y nos llevó un tiempo comprender el nexo entre la infraestructura energética y la red de satélites que la dirigía.

Este ejemplo suscita preguntas fundamentales:

• ¿Cuántas infraestructuras críticas de la UE dependen de los servicios espaciales?
• Y, ¿qué nivel de protección tienen estos activos y servicios?

Esto nos lleva al segundo punto que destaqué: debemos responder a estas preguntas y hacerlo a escala de la UE.

La guerra contra Ucrania ha aumentado nuestra motivación para mejorar la seguridad y la defensa de la UE, incluidas las espaciales, mientras que la Brújula Estratégica nos guía y nos ofrece propuestas concretas.  En los últimos meses, hemos colaborado con el comisario Breton en una estrategia de la UE centrada en la seguridad y la defensa espaciales, cuya presentación está prevista en marzo. Está estructurada en torno a cinco vertientes de trabajo fundamentales:

1. Mejorar nuestra comprensión común de las amenazas espaciales

Necesitamos reforzar nuestra capacidad de análisis de los riesgos, las amenazas y las vulnerabilidades espaciales. Y mejorar nuestra percepción de las capacidades contraespaciales y las intenciones de nuestros competidores. 

2. Proteger nuestra infraestructura espacial y hacerla más resiliente

Tenemos que reducir nuestra dependencia estratégica en el sector espacial, protegiendo las cadenas de suministro y desarrollando tecnologías espaciales críticas.

3. Desarrollar nuestra capacidad de responder a las amenazas

Debemos utilizar todas las herramientas espaciales, organizar ejercicios periódicos y desarrollar opciones para la solidaridad y la asistencia mutua.

4. Reforzar nuestras capacidades espaciales para la seguridad y la defensa

Tenemos que hacer pleno uso de los activos espaciales para la seguridad y la defensa, incluido el Centro de Satélites de la Unión Europea (Satcen), reforzar la innovación de doble uso e invertir más en el desarrollo de capacidades.

5. Mejorar la cooperación con nuestros socios

Debemos seguir promoviendo un comportamiento responsable en el espacio a nivel multilateral y bilateral, y reforzar la cooperación con nuestros socios más estrechos, como la OTAN, por ejemplo. La declaración conjunta sobre la cooperación UE-OTAN, firmada este mes, señala el espacio como uno de los nuevos ámbitos de cooperación. Tomemos esto como punto de partida y vayamos a lo concreto.

La seguridad y el espacio son las dos caras de la misma moneda: sin seguridad no puede haber futuro en el espacio. Y sin seguridad en el espacio, no habrá seguridad en la Tierra.

Puede leer y ver el discurso íntegro aquí y aquí.