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El Embajador de la Unión Europea en Colombia, Gilles Bertrand, dio el discurso inaugural del evento “Evento Paz y Vida: Día de Europa” en el Centro Cultural de San José del Guaviare - 9 de mayo de 2023

“Evento Paz y Vida: Día de Europa”

San José del Guaviare, 9 de mayo de 2023

Discurso de S.E. Sr. Gilles BERTRAND, Embajador de la Unión Europea en Colombia

 

Muy buenas noches a todas y todos.

 

Es un honor estar con ustedes hoy, celebrando el Día de Europa desde la puerta norte de la Amazonía, el Guaviare. Los Embajadores y las Embajadoras de los Estados Miembros de la Unión Europea y yo estamos encantados de poder celebrar esta fecha de paz y de unión en un departamento tan emblemático de nuestra relación con Colombia. Nuestro compromiso por la paz nos llevó al Guaviare. Nuestro compromiso por el medioambiente y la lucha contra la deforestación nos llevó al Guaviare. Nuestro compromiso por el campesinado colombiano, resultado de los dos primeros, nos llevó al Guaviare. Nuestro compromiso por la juventud, también, nos llevó al Guaviare, con socios tan extraordinarios como los Guardianes del Chiribiquete y nuestro querido Pipe Q-ida.

Hoy, 9 de mayo, es particularmente apropiado hablar de la paz y de la vida porque conmemoramos el aniversario de la histórica Declaración del Canciller francés Robert Schuman, que dio la luz a lo que es la Unión Europea. El 9 de mayo de 1950, después de dos guerras fratricidas en menos de treinta años, Schuman llamo a seis naciones europeas a un diálogo y una nueva forma de cooperación política: poner en común su carbón y acero, para que se hiciera imposible producir armas con cada uno de ellos. Schuman dice en su declaración: "Europa no se hará de golpe, ni según un plan único. Se construirá a través de realizaciones concretas que creen primero una solidaridad de hecho". Y 73 años después, con 27 Estados miembros, la Unión Europea sigue fiel a esa esencia de construcción de paz, entre naciones que llevaban siglos combatiéndose y mandando lo mejor de sus juventudes a masacrarse. Un proyecto para que la guerra se vuelva imposible entre nosotros. Un proyecto del que podemos decir, con orgullo, que ha traído paz y no repetición a más de tres generaciones de europeos y europeas.

Aquí les quería contar, si me permiten, una historia personal. Cuando estaba en el colegio, tenía como trece años, hicimos un intercambio con un colegio de Múnich, en Alemania. Viajé allí dos semanas y luego vino a visitarnos a Marsella, mi ciudad en Francia, mi compañero alemán de intercambio. Como íbamos a visitar a mis abuelos y mi abuelo había sido preso de guerra en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, mi madre fue a preguntarle si le molestaría tener en su casa, bajo su techo, a un visitante alemán. Y mi abuelo, que era un hombre humilde, de pocas palabras y de mucha sabiduría, campesina de hecho, sólo le contestó una frase: “No son los mismos”. 

Sólo que la historia es terca, la paz frágil y la violencia, tristemente, parte de las expresiones de la humanidad. Y la guerra, desde un poco más de 14 meses, ha vuelto a nuestro continente. No es una guerra entre nuestros países miembros, esa sí podemos decir con algo de orgullo que es poco probable que volviere a pasar. Pero es una agresión militar, una agresión imperialista, de conquista territorial, salida del siglo XIX, contra un país europeo, soberano y que nunca amenazó al vecino más poderoso quien decidió invadirlo.

Hace más de un año, Rusia invadió Ucrania. Violando la regla cardinal del respeto de las fronteras y de la integridad territorial de los Estados, cometiendo crímenes de guerra contra la población civil ucraniana, bombardeando sin tregua a barrios residenciales y a infraestructuras civiles, y poniendo en riesgo el orden internacional. No solamente en Europa, sino el mismo sistema internacional que garantiza la convivencia entre naciones y que, si bien no es perfecto, es indispensable para esta convivencia. Hoy, en homenaje a los hombres y las mujeres de Ucrania que luchan por la supervivencia de su país, los invito a oír el himno de Ucrania y a pensar en esta guerra que puede acabar mañana, si las decisiones de un país, y un hombre, se alineen con su discurso de querer la paz.

 

[Himno de Ucrania]

 

Volviendo a Colombia, y al Guaviare, quiero agradecer la presencia de varios de nuestros socios más cercanos, hoy en esta celebración. De nuestros aliados inseparables, la Misión de Verificación de las Naciones Unidas y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA quienes, con varios de nuestros Estados Miembros, con otros países latinoamericanos y europeos, en particular Noruega y Suiza, con la Iglesia católica y por supuesto con el gobierno y la sociedad civil de Colombia, laboran de la mano con la Unión Europea por la paz en este país. De Willian Aljure, hijo del campo llanero, del municipio vecino de Mapiripán, y ahora presidente de la Bancada de Paz de la Cámara de Representantes. De los firmantes de paz de Colinas y de Charras, representados aquí por Ricardo Semillas, uno de los líderes más inspiradores que haya surgido del ejercicio difícil de la reincorporación de las y los excombatientes de las FARC. De la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana, con quienes tenemos una relación robusta y antigua y seguiremos trabajando, en particular para atender las graves y poco conocidas afectaciones a la paz y al medioambiente ocurriendo en la Amazonía oriental. De Mauricio Katz, aliado de la primera hora, desde los Laboratorios de Paz hace más de veinte años, y de la RedProDePaz que apoyan la socialización del legado de la Comisión de la Verdad, y con quienes acabamos de entregar la primera copia física del Informe Final a niñas y niños de Benposta, otro gran amigo de la Unión Europea y de sus Estados miembros, y a los estudiantes de la institución educativa del resguardo indígena de Panuré.

De nuestros grandes aliados en la lucha por el medioambiente y contra la deforestación, el Instituto Humboldt, querido Hernando, el Instituto Sinchi, el Ministerio de Medioambiente, y Parques Nacionales Naturales. La Sociedad de los Agricultores de Colombia, otro gran actor con quien trabajamos para construir un futuro sostenible por el campo colombiano, por supuesto con los campesinos, y agradecemos la presencia de Jorge Bedoya, su Presidente, con nosotros esta noche. De todos los socios que han hecho posible la aventura de “Caminemos” en el departamento del Guaviare: ONF Andina, Luis Alejandro y otros compañeros y compañeras de este proyecto emblemático del Fondo Europeo para la Paz. Y por supuesto, del Gobernador Heydeer Palacios, gran amigo e indispensable aliado de los cambios que “Caminemos” apoyó e impulsó en este departamento, y de los alcaldes de los cuatro municipios del Guaviare quienes nos han acompañado a lo largo de este proceso.

Solemos decir que las dos grandes prioridades de cooperación de la Unión Europea en Colombia son la paz y el medioambiente, pero es una representación teórica de la realidad porque estas dos prioridades se unen, se fusionan cuando uno las mira desde cada territorio del país. La paz y la defensa del medioambiente requieren que se concreten las dos grandes promesas del Acuerdo de Paz: la reducción de las brechas territoriales, sociales, étnicas y de género, y la presencia integral del Estado en todo el territorio del país. En el Guaviare, este vínculo entre las dos queda aún más claro quizás. Pasa por el tema complejo de las tierras y de su titulación, y aquí saludo la presencia de la Agencia Nacional de Tierras y su nueva estrategia de presencia territorial reforzada, y pasa por la implementación integral en los Llanos del Acuerdo de Paz de 2016. Es esta dinámica que queda al centro de nuestras acciones comunes, incluso los esfuerzos de paz del Gobierno colombiano con el Estado Mayor Central: nuestro Alto Representante Josep Borrell, el Canciller de la Unión Europea, anunció la semana pasada, durante su visita al país, que los acompañaremos. Y me alegra particularmente que acabemos nuestro programa mañana con un seminario sobre el inmenso potencial humano y económico de este departamento, porque la solución es también que llegue el sector privado, que la Colombia urbana ponga su mirada en el Guaviare, viaje al Guaviare, consuma las frutas y los productos de este territorio y mida sus potencialidades, de las cuales nosotros estamos profundamente convencidos.

Antes de concluir, quiero repetir aquí la convicción fundamental de la Unión Europea que el cambio y la protección de la naturaleza se logran con la gente. Con los campesinos, con las comunidades indígenas que viven en los territorios, y en particular con dos grandes fuerzas de transformación social: las mujeres y los jóvenes. En los Llanos, hemos acompañado a muchos proyectos productivos manejados por mujeres, pero me parece necesario decir que, indudablemente, su voz se podría escuchar mucho más. Lo que sí hemos encontrado aquí, y apoyado, es una capacidad de innovación impresionante de las juventudes: pienso en Comguaviare, organización de jóvenes campesinos de la vereda de Caño Blanco que han demostrado el potencial del cultivo de los frutos y de las palmas nativas amazónicas. En Geotours y Superhumanos, actores clave de la revolución turística del departamento, y obviamente a nuestros grandes amigos de la Asociación Digital CoBosques - Pipe Q-ida “Guardianes de Chiribiquete”, quienes son aliados históricos de la Unión Europea en la protección de la Amazonía y quienes son socios de este evento. Ustedes son la generación de la no repetición del conflicto colombiano. Y ustedes son la generación que corregirá los errores que las generaciones pasadas, la mía y las anteriores, cometieron con nuestro planeta.

Pero el propósito de esta noche, en la ocasión del Día de Europa, es un intercambio más profundo entre nuestros dos continentes que sólo es posible a través del arte. Este año, esta celebración tiene un sabor especial, ya que coincide con la inauguración del Festival Eurocine, que por primera vez hace presencia en este departamento. El festival, que acoge anualmente a más de 15.000 espectadores, es un reflejo del interés de colombianos y europeos por intercambiar ideas, dialogar y aprender uno del otro. Y permitir, unidos en la diversidad, que este nos haga reflexionar sobre nuestra propia sociedad y sobre el mundo en general, imaginar otras realidades y conocernos en toda nuestra complejidad.

Quiero agradecer a la Secretaría de Cultura y Turismo del departamento, y en particular a su Secretaria Nuvia Estella Holguín, por tan amablemente prestarnos su hermosa Casa Grande para este evento. Y sin más preámbulos, les invito a ver "A sunny day" (“Un día soleado”) del director franco marroquí Faouzi Bensaïdi. Este cortometraje de 2019 nos muestra la vida cotidiana de un hombre que sobrevive como puede, a pesar de los devastadores efectos del cambio climático sobre los seres humanos y la naturaleza. Espero que disfruten del cortometraje y que nos haga reflexionar juntos sobre lo absurdo que este futuro podría ser, lo cercano y lejano que es al mismo tiempo, y por qué es indispensable sumar todas nuestras energías para que nunca ocurra.

 

Muchas gracias por su atención.

 

Viva la Unión Europea.

Viva Colombia.

Viva el Guaviare.

¡Y viva la paz!

Evento 'Paz y Vida: Día de Europa en el Guaviare'